7 de diciembre de 2017

El paquete de reformas es un seguro para México contra las consecuencias potenciales más perjudiciales del cambio climático.

La senadora Silvia Garza Galván presentó un paquete de iniciativas para reformar la Constitución y diversas leyes en materia de seguridad climática, con el fin de construir el andamiaje legal necesario para controlar y reducir los efectos del cambio climático en México.
“Este paquete de reformas puede verse como un seguro para México contra las consecuencias potenciales más perjudiciales del cambio climático, las cuales son tan graves que, a veces, estos eventos se denominan catástrofes climáticas”, expuso en tribuna la Presidente de la Comisión Especial de cambio Climático.
Reconoció que, aunque en nuestro país ya se cuenta con un marco regulatorio en materia de cambio climático, “es necesaria una legislación más robusta y con un enfoque estratégico de largo plazo que permita operar una estrategia de seguridad climática integral”.
Garza Galván afirmó que el diseño e implementación de las reformas a las leyes que permita reducir la exposición al riesgo de inseguridad por los efectos que produce un cambio en el clima mundial, requiere de dos condiciones.
La primera, dijo, es considerar los acuerdos suscritos por México en materia de cambio climático en los distintos foros internacionales, ya que representan un punto de referencia para el diseño de las políticas públicas internas en la materia y una guía en la implementación exitosa.
La segunda, agregó, es contar con una infraestructura operativa desarrollada y adecuada para iniciar el debate en materia de legislación de la seguridad climática, infraestructura con que ya se cuenta.
En este sentido, la primera iniciativa plantea la reformar del artículo 26 de la Constitución para establecer que “los fines del proyecto nacional contenidos en esta Constitución determinarán los objetivos de la planeación, con base en los tratados internacionales de derechos humanos y medio ambiente de los que México es parte”.
La segunda iniciativa propone reformar diversos artículos de la Ley de Seguridad Nacional, de la Ley General de Cambio Climático, de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, de la Ley de Vías Generales de Comunicación, de la Ley de Migración, de la Ley General de Salud, de la Ley General de Educación, de la Ley de Transición Energética, de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, de la Ley de Hidrocarburos, de la Ley de Planeación, de la Ley de la Industria Eléctrica, de la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, de la Ley General de Vida Silvestre, de la Ley de Aguas Nacionales y de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable.
Con estas reformas, afirmó, “podemos iniciar un verdadero cambio estructural y hacer que nuestro México sea una nación que garantice el desarrollo sustentable la paz y la seguridad que merecen nuestros ciudadanos”.
Además, dijo, es el primer paso de la construcción de un andamiaje jurídico legislativo para lograr que en un futuro no muy lejano México tenga la primera ley de seguridad climática en el mundo.
Frente a nosotros tenemos la más grande amenaza y la estabilidad del país. Por el futuro de México debemos implementar una visión de desarrollo que garantice la protección de nuestros recursos, sin ellos cómo vamos a poder adaptarnos, dijo la legisladora.

ooOoo

7 de diciembre de 2017

Versión de la intervención en tribuna de la senadora Silvia Guadalupe Garza Galván, al presentar iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Gracias. Con su permiso senador Presidente.

Este proyecto de iniciativa de reformas de varias leyes al artículo 26 constitucional y 19 leyes más.

La denominada Tercera Revolución Industrial ha traído a la humanidad la mayor prosperidad y desarrollo a la historia. Nunca el hombre fue capaz de producir, distribuir y consumir la cantidad y calidad de bienes y servicios de lo que hoy disponemos.

Si bien todo inició con una máquina de vapor al principio de la era industrial, posteriormente el uso de la electricidad, el desarrollo industrial y comercial de los últimos 150 años, entre otros determinantes, está el uso de combustibles fósiles como fuente primaria de energía, esto ha derivado en un consumo cada vez más energía para abastecer las cadenas de producción y especialmente dotar de energía a las tecnologías de la información que nos brinda toda clase de servicios, telecomunicaciones, diagnósticos médicos, educación, internet, etcétera.

Este inusitado desarrollo económico no ha venido sin sus respectivos costos, uno de ellos y que representa un serio riesgo para la supervivencia de nuestra propia especie es el cambio climático.

Este cambio climático es una de las mayores amenazas que la humanidad enfrentamos, por su efecto multiplicador, por riesgos asociados como son la falta de seguridad alimentaria, el aumento a la pobreza, afectaciones a la salud, a la seguridad alimentaria y eventos climáticos extremos como son huracanes, tormentas y sequías, todos estos conllevan riesgos que representan un serio desafío en materia de seguridad nacional.

Por ello, para nuestro país debe de iniciar una ruta que le permita enfrentar con éxito la necesaria gestión de riesgos asociada al cambio climático, uno de ellos es los riesgos a la seguridad nacional.

La seguridad climática se define como las amenazas que enfrentan la infraestructura gubernamental, militar, social e informática, el desarrollo sustentable y el bienestar social, así como la integridad física y humanas, todas ellas como consecuencia de los efectos que produce el fenómeno del cambio climático a nivel global, regional y local.

Como la misma definición refiere, se trata principalmente de amenazas y por lo tanto de riesgos que requieren un tratamiento estrictamente estratégico y de largo plazo para poderse enfrentar, por esta razón la naturaleza de la seguridad climática asociada a estos riesgos es de naturaleza compleja; 125 países adoptaron en diciembre el 2015 el Acuerdo de París, con el objeto de limitar el aumento de la temperatura que no rebasara a los 2 grados centígrados.

Sin embargo, la brecha de los compromisos y la reducción necesaria para mantener la temperatura por debajo de los 2 grados centígrados es cada vez mayor con consecuencias catastróficas; vamos por un camino del aumento de 3 o 4 grados centígrados y ni siquiera sabemos si nos vamos a poder adaptar a esta temperatura.

Un clima estable amenaza tanto la conservación adecuada de los recursos naturales, como la seguridad política, económica y energética de los países, por ello el cambio climático ha dejado de ser un asunto únicamente ambiental para convertirse en un tema de seguridad global.
En un reporte del Fondo Mundial para la Conservación, se proponen tres elementos interdependientes para alcanzar la estabilidad y la paz frente la degradación ambiental y el cambio climático: sustentabilidad, estabilidad y seguridad. Esto se resume con la siguiente fórmula: un sistema que no es ambientalmente sostenible crea inestabilidad que inevitablemente se convierte en inseguridad. Cuando el equilibrio entre el hombre y el ecosistema que le proporciona recursos se altera, se detona la inestabilidad, por ello en las regiones o países no preparados para enfrentar estas situaciones, la amenaza a la seguridad y la paz aumenta.
Asimismo, sin contar el cambio climático, tenemos una severa crisis de sustentabilidad, nuestros ríos y lagos contaminados, nuestros bosques enfermos o severamente deforestados, nuestra biodiversidad se extingue y nuestros suelos se degradan a pasos agigantados, ¿cómo vamos a enfrentar el aumento de temperatura de 3 o 4 grados en estas condiciones?

Los efectos multiplicadores de riesgo hacen una necesaria reflexión sobre los instrumentos de política al alcance de nuestro país y las instituciones con las que México cuenta para enfrentar esta situación.

Hay tres aspectos que han dificultados acciones inmediatas en materia de cambio climático y seguridad. El primero, la mayoría de los beneficios de la mitigación son globales y distantes, mientras que los costos son locales e inmediatos.

En segundo lugar, la economía del cambio climático es desfavorable en corto plazo, los costos de cualquier acuerdo en materia climática son inmediatos, mientras que la mayoría de los beneficios ocurrirán en un futuro lejano, principalmente para las personas que aún no ha nacido y no botan.

Y en tercer lugar, las dimensiones geográficas y temporales del problema climático explican la inacción actual o al menos el retraso de las acciones definitivas para enfrentar el cambio climático por algunos países.

La mitigación del clima y la administración de la seguridad son ambos una inversión a largo plazo, de ahí la importancia del diseño y la arquitectura de las instituciones.

El economista Douglass North señala que “Las instituciones son las reglas del juego en una sociedad”. La gran pregunta para México es si tiene o no las capacidades institucionales especificas para realizar acciones climáticas, dado que el cambio climático es un tema transversal; ello implica definir acciones de políticas públicas con un horizonte largo, pero también con un alcance amplio.

Aquí el principal reto: diseñar e implementar una legislación que busque reducir la exposición a riesgos de la seguridad nacional del país.

Dado que una política en materia de seguridad climática impacta la economía, se presenta el dilema del vínculo entre el desarrollo económico y la capacidad institucional, esta relación no es tan simple, investigaciones recientes sugieren que no es el desarrollo económico lo que impulsa la capacidad institucional, sino que a la larga es la capacidad institucional la que impulsa el desarrollo económico, y es aquí donde hay un reto significativo, la simetría entre instrumentos de política pública y la dinámica de riesgos que genera el cambio climático.

Mientras la dinámica de riesgos asociados al cambio climático es multidimensional y exponencial, los instrumentos de política pública son lineales por naturaleza, entre otros factores debido a las restricciones presupuestales.

El World Economic Forum lo indica con precisión: los efectos del cambio climático no son lineales, pequeños impactos en corto plazo tienen el potencial de causar impactos abruptos e irreversibles que persistirán durante siglos, aquí la urgencia de emprender acciones inmediatas que reduzcan los costos potenciales futuros para nuestro país.

Los costos de la inacción ya están presentes y se acumulan, esta situación de no retorno pudiera impedir alcanzar cualquier meta propuesta a futuro y alinear las posibilidades reales de desarrollo sustentable y sostenido

El propósito de estas iniciativas de reformas que hoy presento, busca iniciar un cambio estructural en beneficio para México hoy y a largo plazo; cambiar la manera en que se visualiza la problemática del cambio climático e incorporar los riesgos de la seguridad nacional, proteger nuestros recursos naturales para garantizar la adaptación, movilizar a la sociedad acordando colectivamente y de manera incluyente una legislación que haga conciencia y enfrente adecuadamente los riesgos a su seguridad por los efectos nocivos del cambio climático, crear los incentivos correctos, sobre todo en las empresas viendo la migración a una economía sustentable como una oportunidad de innovación, crecimiento y beneficios económicos.

Nuestro país requiere una visión incluyente en lo legal, institucional y político, no una visión de ssitemas estratégicos.

Si bien, se estima que hay más de mil 200 leyes relacionadas con cambio climático en todo el mundo, no hay un solo país que tenga una legislación vigente específica en materia de seguridad climática; este proyecto de iniciativas de reforma es en todos sentidos disruptiva y pondrá México a la vanguardia en la atención de uno de los retos más serios que enfrentamos como humanidad, el cambio climático.

Esta iniciativa de reformas, podemos con este proyecto compañeros y compañeras senadores, podemos iniciar un verdadero cambio estructural y hacer que nuestro México sea una nación que garantice el desarrollo sustentable la paz y la seguridad que merecen nuestros ciudadanos.

Pero, insisto, este proyecto es el primer paso de la construcción de un andamiaje jurídico legislativo para lograr que en un futuro no muy lejano México tenga la primera ley de seguridad climática en el mundo.

Dejemos de pensar en el cambio climático y el medio ambiente como temas nobles, pues esto solamente le resta importancia. Frente a nosotros tenemos la más grande amenaza y la estabilidad del país. Por el futuro de México debemos implementar una visión de desarrollo que garantice la protección de nuestros recursos, sin ellos cómo vamos a poder adaptarnos.

Asimismo, esta visión de desarrollo debe tener el cambio climático como la mayor prioridad, hagamos esto por el país que heredaremos a nuestros hijos y nietos.

Compañeras y compañeros senadores, les invito a sumarse a estar a la altura de lo que el país necesita, y como decía el gran poeta ensayista y Premio Nobel, Octavio Paz: Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo, del miedo al cambio.

Por su atención, muchas gracias.

ooOoo

Add Your Comment